jueves, 1 de mayo de 2008


PUELLA ERRANS


De aquella luna gris
urdiendo en la ventana atardeceres ya borrados
queda un soplo.
Desando la memoria
y en sólo un breve instante me convido
al fugaz recuerdo de tus ojos.
Sentir atravesados los caminos,
los senderos de la vida y de la muerte,
planta esperanza.
Borra desatinos.
Remueve los bordes próximos de la locura.
En un instante breve
fue el universo todo
un par de labios,
la rosa derrochada
de tu risa,
un anónimo silencio, un puente sideral,
un crucifijo
para que exorcizar las impericias
fuese no más que un juego eterno,
rayano con la risa nuevamente,
insólito, fugaz, quizá demente,
pero verdad.
Parecido al caminante sin destino
que vaga por las calles libremente
errando vagabundo, pero advierte
que, solo, ha desandado algún camino
y aturdido y vivo y consecuente
se alza en el cenit de la alegría,
y en su regocijo
mira el mundo
desde aquel otro lado de la vía,
y a los dioses,
a la lluvia y a la noche,
los árboles y los duendes
eternamente
agradece.


Agustina Ariana D’Andrea 28-06-2005, 02:31 am.

1 comentario:

Agus dijo...

Mi admirada poeta, mi mamá de las letras y amiga de tantas cosas! Mi duende y mi árbol, mi orgullo.
Gracias por todo, sobre todo por la poesía, pero vos sabés por qué otras cosas.
Sigamos acumulando esas cosas. Desandemos caminos.